sábado, 8 de octubre de 2011

La verdad que conviene decir

En este artículo no voy a usar citas correctamente aplicadas, y quizás los autores y personajes en los cuales me base estén sacados del contexto que se les da habitualmente. Quiero dejar en claro que lo hago en perfecta lucidez de mis actos y que en cierto modo me sumo a una de las modas de hoy por hoy en estos lados de la tierra, aquella de la verdad que es conveniente decir. La gran diferencia es que esta verdad (o mentira si se quiere) de seguro no es mancomunada ni llenaría media cancha de futbolito si fuese enunciada públicamente,


No por esta carencia de quórum es sin embargo menos válida, sino por el contrario, creo que es ahí donde radica su primera gran inspiración, ya que en este país ya no estamos publicando los criterios y verdades propias divergentes (aun cuando sean tontas o macabramente mal escritas ) por miedo a los vigías de las grandes verdades mancomunadas. Cuando algo de nuestra mente pasa al papel deja un testimonio y cuando lo hacemos público, podemos dar al blanco quizás, en la conciencia de alguna persona que ya no quiera mas saber de los problemas tradicionales de la generación que actualmente rige Chile, es decir, quienes cargan en sus memorias el flagelo de la polaridad post guerra fría.

Me refiero a la derecha y la izquierda de nuestros padres y abuelos, de nuestros alcaldes y administrativos, de nuestros libros de historia y nuestras películas de guerra. En estos días convulsionados de información masiva he llegado a concluir (aun cuando siempre me he llamado libre pensador) no sin cierto desgarro que si tal modelo de política e intelecto se replica idénticamente en nuestros subdesarrolladas alamedas el día de hoy es por que realmente alguien le conviene de sobre manera esa verdad, aun cuando me gustaría creer que tal es el orden natural de las cosas y que en cierta medida es necesario que vallamos por las calles odiándonos los unos a los otros, cerrados a todo debate de caballeros y dispuestos a matarnos por defender imágenes personales casi intimas de figuras políticas representativas de los polos a los que corresponden nuestros papas, me temo con igual desgarro que si hay alguien o mas de alguien que se beneficia de nuestro circo de cizañas y verdades convenientes , no tiene en verdad ningún color político, no le interesa el bien común y quizás tampoco la plata. 

No es humano, porque nadie con corazón avalaría las calamidades del mundo moderno y mucho menos la indiferencia de la gran colectividad ante ellas. Es a mi modo de ver, en realidad el poderoso Leviatán de las ideas obsoletas que, se resiste a morir y se replica generacionalmente.

Silencio Permanente hace un llamado a todos sus lectores a promover sus ideas divergentes en este tipo de formato, a fomentar el dialogo y el debate en tolerancia dentro del cual sacarte a tu político predilecto no es sacarte la madre, justamente para combatir esta podredumbre ideológica.

R.Montag
2011

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